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Este libro trata sobre varias cosas interesantes: la teología natural protestante, la teología natural latina (católica), sus conflictos, diferencias, elementos comunes y el tipo de “ciencia” que estos inspiran. Es muy crítico con la teología natural protestante, pero no dice lo que dice sin fundamento.
También es un excelente texto para entender las relaciones entre cristianismo y ciencia, donde derriba varios mitos como su oposición o indiferencia, por el contrario, demuestra cómo la ciencia occidental recibe su inspiración en la teología cristiana.
Te enseña sobre el pensamiento de Lutero, Calvino, Copérnico, Galileo, Newton, Kant, Kepler. Einstein, San Buenaventura, San Francisco, Orígenes, etc.
Derriba mitos como la supuesta persecución a Copérnico, defiende a Galileo como el último medieval antes que el primer hombre moderno, y elimina los prejuicios de la mal llamada “edad oscura” como es la época medieval.
Un paranorama muy claro sobre la filosofía y teología occidental, y con una mirada latinoamericana, en búsqueda de nuevas respuestas.
Como crítica, he de decir, al igual que una reseña que leí antes, que el autor ignora las posiciones evangélicas sobre teología natural que pueden otorgar tradiciones como la iglesia católica ortodoxa o las tradiciones evangélicas, como los metodistas o los pentecostales.
Lo recomiendo mucho para todo aquel interesado en estas cosas. Es un libro que junto al Reforma e Ilsutración de Andrés Monares, constituyen piezas claves para entender la cultura de nuestro tiempo, sus críticas y las cosas a derribar y mejorar.